
a qui les presento mi cuento, que obtubo el primer lugar en el concurso de los juegos florales 2009, en la universidad de occidente.
LA SONRISA DE GARDAMEN
Las calles del pueblo se llenaron por completo de carros de colores, payasos, bailarinas, tambores se escuchaban acompañados de trompetas, el poblado estaba en medio de un festín, los niños corrían para admirar lo que pasaba, resonaban por el aire estruendosas carcajadas, el circo había llegado a alegrar el pueblo de san Agustín, la gente con la novedad se veía feliz.
El relajo paró, las jaulas y carros se estacionaron para iniciar con el arduo trabajo, instalarse y formar el gran circo, los domadores alimentaban al feroz tigre, los elefantes, simios y toda clase de animales, un hombre gigante al lado de otros armaba la gran carpa, poco a poco en un instante un enorme circo estaba en medio del pueblo, formado de colores brillantes y en la cima una bandera se hondeaba con el aire.
La gente corría de un lado a otro, las bailarinas acomodaban el vestuario, los payasos se arreglaban, el gran mago practicaba y la gente de san Agustín, la noche con ansias esperaba.
El pueblo que ya era bello y pintoresco, el circo le daba un toque de fantasía y en el ambiente se dejaba respirar la esencia del circo, ese ambiente de felicidad, los niños no aceptaban mas demoras ya querían estar dentro, estaban atentos al llamado, querían verse inmersos en el alma del espectáculo.
La noche se ilumino no solo por las grandes estrellas del cielo, sino también por las enormes luces del gran circo, una música extraña le daba un toque especial, parecía noche de fiesta.
A la llegada de la plazuela, el gran circo resaltaba, luces brillantes y globos la atención capturaban, dos elefantes grandes y elegantes daban la bienvenida, con gracia saludaban a los pequeños, un gran letrero rojo, anunciaba la taquilla, y una hermosa señorita, con singular alegría atendía.
Una puerta de tiras de colores abría paso a un mundo nuevo, una pista que daba la forma de una estrella se iluminaba en el medio, rodeada de grandes filas de bancas, repletas de niños y adultos con globos en mano, llenos de dicha, en la cumbre colgaba una mujer del trapecio, esbelta con traje entallado, los espectadores la miraban asombrados.
En todo circo no podía faltar el simpático payaso, aquí no era la excepción y este circo contaba con el mejor, el mas gracioso de la región, muy divertido salto ala pista, con su cara maquillada, enorme nariz roja y un traje de colores brillantes, se robaba las miradas, la gente no paraba de reír al verlo participar, parecía que a cada uno de ellos le hicieran muchas cosquillas, esas carcajadas eran incontrolables, se escapaban de toda voluntad.
Se dieron muchos actos, pero el que se robo todos los aplausos fue el payaso gardamen, sin duda causo gran sensación, se llevo el cariño del publico.
Ya terminada la función, cada quien en su rincón, el circo quedo solo, los espectadores habían abandonado ya el show.
Gardamen se desmaquillaba, mirándose de frente al espejo y se decía a si mismo:
-Algo anda mal en mí, a pesar de que todo salió muy bien, siento un vacio, como si al quitarme el maquillaje me quitara todo lo que soy, como si me quitara mi alma.
Concluidas sus palabras, se acerco una pequeña enana, que al verlo tan triste, con voz dulce pregunto:
-¿Qué te pasa gardamen?, un payaso no debe estar triste.
A lo que el payaso con voz quebrada le responde.
-si te dijera que se me ha cansado la sonrisa, ¿me creerías?
-no, respondió la enanita, sin dudar un segundo, luego agrego, si que eres bueno para las bromas gardamen.
Se alejo cantando y saltando.
Pero esta vez no era una broma del simpático payaso, quizás era una mala burla del destino, por mas que trataba cuando su público lo dejaba, no podía sonreír, tenia tiempo ya notando su drástico cambio, pero no quería ser alarmante, pero hoy ya empezaba a preocuparle. En el circo todo mundo su situación ignoraba.
Se paso el resto de la noche pensando, en que si era posible tal cosa, perder de pronto ese don de reír, quizás esa sonrisa es muy traviesilla y esta jugando por ahí alas escondidillas, se decía gardamen para consolarse, o estará disgustada conmigo, ¿ que hice mal?, se cuestionaba.
Recordó como causaba gran gracia en cada región, pero también recordó, como después de cada función, su sonrisa se escapaba, quizás se fue en el bolsillo de alguien, pensó, Ho no! quizás me la han robado, y si en cada función trozo por trozo me la arrebataron y yo ni cuenta me he dado, eran ideas que viajaban en la cabecita de gardamen.
Después de un largo silencio, con cara de asombro gritó
-el mago, si el fue, cuando le ayude con su acto nuevo, cuando practicaba, si quizás el sin querer, la desapareció de mi lado, tengo que buscarlo, sabia que no era un buen mago.
Paso la noche en vela, esperando el día de mañana para ver al mago y reclamarle, por su acto fracasado.
El sol se asomo nuevamente, el día empezaba y para gardamen una nueva esperanza brillaba, aunque su preocupación no cesaba, paseo por el circo en busca del mago tonto, que sabe a donde había mandado su sonrisa, ¡pero cuando lo encuentre!, entre dientes se decía.
Paso por las jaulas y miro al domador, batallando con un tigre feroz
-oye tu, le dijo, ¿has visto al mago por aquí?
-no, no ha pasado por aquí, continua hacia delante, quizás este ahí, contesto el domador, sin dejar de luchar con la fiera.
No debe estar lejos pensó gardamen.
Las chicas bailarinas, se cruzaron a su paso, pero iban tan de prisa que ni atención le prestaron, lo que a gardamen causo gran enfado.
Las trapecistas estaban ensayando, pero al payaso no le importó interrumpir, quería recuperar su sonrisa, y les pregunto:
-¿han visto acaso, aun odioso mago? Por favor díganme que si
Las trapecistas un poco agitadas respondieron.
-hemos estado en las alturas, y por aquí no ha pasado.
Y continuaron su labor, columpiándose de aquí para ya.
No puede ser, pensó el ya cansado payaso, seguro se escondió el muy cobarde, pobrecita de mi sonrisa donde estará, seguro en el sombrero, junto con el apestoso conejo, ahora mas que nunca debo encontrarla.
Miro al malabarista, y ya con poco animo, pregunto lo que a todo el circo ya había preguntado, pero este respondió, que el mago, el circo había abandonado, según este su conejo se había escapado, y había emprendido su búsqueda.
Pero gardamen se enfureció y dijo:
-ese mago es un ladrón, se ha marchado con mi sonrisa, por eso ha dejado el circo y yo debo encontrarlo.
Todos los que escucharon, lo que dijo el payaso, se echaron a reír, unos lo tacharon de loco y otros mas de bromista, pero a el no le importo. Con una gran mueca los ignoro.
Se sentó un momento y pensó que sin su sonrisa, no era nadie, no podría dar otra función, ya no podía reír solo llorar y llorar, se sintió tan inútil, tomó su gran mochila y sus cosas y se decidió a abandonar el gran circo, pues ya no lo necesitaban mas, un hombre triste como el, no podía alegrar a nadie mas. También debía buscar al sinvergüenza mago, que le había tendido una trampa para arrebatarle su gracia, y el había caído inocentemente. Sin despedirse se marcho.
- Juro que he de regresar con mi esplendida sonrisa, ese mago me la ha de pagar. Dijo gardamen antes de abandonar el circo.
Emprendió la marcha a cada una de las regiones por las que habían pasado, sin rumbo iba vagando, el sol a gardamen no le importaba, las lluvias tampoco y el aire por mas fuerte que soplara a el no lo detenía, solo pensaba en poder sonreír de nuevo, en ser otra ves ese fabuloso payaso.
Se detenía a preguntar en cada poblado y a cada persona que miraba le decía el mismo discurso, que ya se escuchaba cansado.
- Ha visto un mago, con sombrero enorme negro, gran capa, un conejo y quizás traiga a la vista mi sonrisa, el muy descarado.
Lo decía tan confiado, con una gran seguridad.
Pero todos lo miraban desconcertados y ya hasta del payaso chiflado lo habían tachado, pues en ningún momento su peluca había quitado, el maquillaje se veía escurrido, su barba crecida y el traje desbaratado, solo pensaba en su sonrisa perdida y el mugre mago que la había secuestrado.
Ya cansado se detuvo en una roca, se sentó y tomo un poco de aire, su garganta reseca, le pedía a gritos un poco de agua, escucho unos pasos y giro su vista, no lo podía creer, era el viejo hechicero, que había abandonado hace mucho tiempo el circo, se acerco a el y le dijo:
- ¿Me recuerdas viejo hechicero?, soy el payaso gardamen.
- ¿Pero que te ha pasado?, estas irreconocible. Respondió. ¿Qué haces por aquí?
- Busco aun mago que me robo mi sonrisa, ¿no lo has visto tú?
- Si pero el no te ha robado nada
- ¿Como lo sabes tú?
- Lo adivino en tus ojos, tu sonrisa la has robado tú
- ¿Que te has vuelto loco?
- No, eres tu quien ha perdido la razón
- No, yo la he buscado, ya por todas las regiones, en las más lejanas y no he encontrado nada, he buscado rincón por rincón, debajo de la tierra y el mar, pero no aparece.
- No has buscado en el lugar mas cerca, respondió el hechicero, yo se que esta contigo.
Gardamen no lo podía creer, si el la había buscado y no la había encontrado, pensaba y pensaba y no encontraba razón de ser. Quizás el hechicero tenia razón, había descuidado y por eso la pobrecilla se marchó, el hechicero le empezó a explicar, que lo que no se cuida se acaba, hay que sembrar para cultivar, tu sonrisa esta en ti, solo falta buscarla en tu interior, explorar el alma, no hay trucos ni magias querido gardamen, mueve tu corazón, ahí está.
Gardamen se quedo muy serio, el tenia razón, el sabio hechicero decía la verdad, se había olvidado por completo de su corazón, no prestaba mayor atención, solo salía a la función, pero desde ese día, todo seria diferente para gardamen.
El hechicero le aconsejo, cuando salgas al escenario, no presentes solo un show, da al publico tu corazón, piensa que tu alegría, es la de ellos, tu sonrisa dibujara la del publico, en el circo y en la vida se actúa igual, mi querido gardamen.
Cuando gardamen quiso darle las gracias, el hechicero había desaparecido de su vista, esto lo sorprendió aun mas.
Estas palabras quedaron grabadas en la memoria y alma del payaso, se dirigió al circo, con una amplia sonrisa entre sus labios, volvió a escuchar los gritos y aplausos, en el circo sonaron otra vez esas incontrolables carcajadas, gardamen volvió ha ser el alma del circo, ha ser el payaso que adoran los niños.
SHECCID. es mi seudonimo
espero y les guste¡¡¡¡¡